12/4/10

Las mejores campanas del mundo en Cantabria

Tamara:

Los hermanos Portilla tienen una empresa familiar que ha heredado de sus antepasados todos los conocimientos en la fundición de campanas mejorando cada día su técnica y que ahora se ha lanzado a la construcción de carillones para óperas y conciertos.

Portilla se pone manos a la obra en la confección de un instrumento de estas características, el primer carillón fue un encargo de la Orquesta Sinfónica de Euskadi y ahora es la de Valencia la que solicita de nuevo sus servicios.

Durante la mañana del 10 de abril los músicos valencianos estuvieron en el taller de Portilla probando el carillón que, una vez finalizado, adelantaron, está previsto que suene durante la interpretación de la 'Sinfonía Fantástica' y, posteriormente en la ópera 'Tosca'. Esta primera serie, que se encuentra en plena construcción, se compone de tres campanas que dan las notas musicales do, sol y mi y cuyo peso es de 200, 670 y 1.200 kilogramos respectivamente. La campana más pequeña ya está concluida, mientras que a las otras dos en la jornada de ayer se les realizando los agujeros de los que se cuelga el badajo.

Este nuevo sistema de campanas afinadas para orquestas sinfónicas y de ópera reproduce el sonido real de una campana, pero dando la nota que se precisa para la pieza musical.

El percusionista de la Orquesta de Euskadi explicó que estas campanas también se hacen en Alemania e Inglaterra pero, en ningún caso, como las que estamos haciendo aquí. Son las mejor afinadas del mundo porque además son completamente artesanales, mientras que las de Alemania e Inglaterra se construyen de manera digitalizada.

Tras probar el sonido de la campana de menor tamaño a la que golpeó varias veces con un martillo, explicó que « lo que buscamos al interpretar música en el escenario con estas campanas es lograr la excelencia de nuestra orquesta y para ser excelentes necesitábamos las mejores». «La gran dificultad de las campanas sinfónicas estriba, sobre todo en la afinación y la que realizan ellos con la supervisión de Soldevilla es la que produce mejor sonido», indicó. «Estos instrumentos, son artesanales y no se encontrarán dos iguales». Portilla reconoció que no sabe de música ni tampoco tiene oído, pero «gracias al tesón y a Jesús, aquí estamos haciendo estos carillones». Este artesano, que hoy da empleo en su taller a seis trabajadores, cuenta que los comienzos fueron complicados.


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